Un cuerpo compacto de 10 cm fabricado en plástico BDP biodegradable alberga un LED de luz cálida que se enciende al pulsar el logotipo Gremlins de la base, iluminando cualquier estante sin cables gracias a 2 pilas AAA. La carcasa se mantiene fría, por lo que puede funcionar durante horas como luz ambiente o quitamiedos.
Stripe se recrea con su melena blanca, cresta moteada y gesto travieso sobre una base negra decorada con el texto Gremlins en rojo. Al tratarse de merchandising autorizado, conserva la paleta de colores y proporciones vistas en el clásico de 1984, añadiendo valor a cualquier vitrina cinéfila.
El diodo integrado ofrece un consumo mínimo y cero sobrecalentamiento; basta un toque en la base para obtener un resplandor suave que realza los detalles y alarga la vida útil de las pilas, ideal para sesiones de juego nocturnas o maratones de terror nostálgico.
La resina incorpora Breakdown Plastic™, un aditivo orgánico que acelera su descomposición en vertedero sin comprometer la rigidez durante el uso, ofreciendo un plus ecológico frente a luminarias convencionales de ABS.
Pesa poco más de 100 g, se transporta en mochilas y el interruptor inferior facilita el encendido; el compartimento de pilas se abre con un destornillador estándar, sin depender de tomas USB o cables visibles.
Comparada con la Lámpara Paladone Icon Gizmo —también de 10 cm y 2 pilas AAA—, la versión Stripe proyecta un haz más vibrante gracias a los tonos verde y crema de su piel, que dispersan mejor la luz que el acabado marrón del mogwai. Frente a la Icon Yoda Star Wars, ofrece un esculpido más detallado en la cresta y un contraste cromático que destaca incluso en habitaciones iluminadas. Como punto a mejorar, carece de alimentación USB que sí presentan algunos modelos de 15 cm, pero su ligereza, la inclusión de BDP y su sólida relación calidad-precio la convierten en la opción equilibrada para fans que buscan un toque ochentero sin complicaciones.