Con 300 W de potencia máxima repartidos entre dos transductores de rango completo y un subwoofer inalámbrico de 6,5″, esta barra convierte cualquier televisor en un sistema de cine doméstico. Su decodificación Dolby Audio™ y DTS Virtual:X proyecta un entorno envolvente sin altavoces traseros, mientras que el NFC fast-pairing permite lanzar música desde el móvil con un solo toque.
El subwoofer entrega hasta 180 W y alcanza 35 Hz, elevando la pegada de explosiones y bajos musicales. Los altavoces de 60 W gestionan diálogos y efectos con claridad; seis escenas (Standard, Music, Movie, Game, News y DTS Virtual:X) equilibran la respuesta con un toque de mando.
HDMI ARC aporta retorno de audio y control CEC, mientras que las entradas óptica y coaxial cubren televisores sin eARC. Bluetooth 5.0 asegura baja latencia en consolas, y el chip NFC elimina emparejamientos manuales en Android 8.1 o superior.
El chasis metálico de 840 × 87 × 60 mm luce rejilla tipo panal y display oculto; con apenas 2,2 kg admite fijación mural con el kit incluido. El subwoofer (363 × 249 × 249 mm) se coloca libremente gracias a su enlace inalámbrico, evitando cables a la vista.
El mando infrarrojo ofrece accesos directos a modos y entradas, mientras que las teclas superiores permiten ajustes rápidos. Se suministran cable HDMI, alimentación y tornillería, de modo que la instalación queda resuelta en minutos.
Frente a la Soundbar Pro 2.0 ch, añade subwoofer dedicado y 216 W extra, elevando la pegada sin aumentar el tamaño de la barra. En comparación con la Soundbar Pro 3.1 ch (430 W), prescinde de canal central, pero ofrece un cuerpo más compacto y mejor relación calidad-precio. Rivaliza con alternativas como la Samsung HW-B550 (410 W): aunque queda por debajo en potencia bruta, recupera terreno con el NFC, un sub más ligero y menor consumo. Para salones medianos que buscan inmersión, conectividad moderna y un diseño premiado sin llenar la estancia de cables, se presenta como una de las propuestas más equilibradas del segmento.