Ideal para dar un toque de luz ambiental a dormitorios infantiles, estanterías o escritorios, esta figura luminosa de Anna mide apenas 10 cm de alto y se alimenta con 2 pilas AAA, lo que permite colocarla en cualquier rincón sin depender de cables. Fabricada en plástico con aditivo BDP —que acelera su descomposición en vertedero— y con licencia oficial Disney, destaca por su acabado detallado y base negra con el logotipo de Frozen.
Con apenas 14 g de peso y un formato 3D fiel al personaje, la lámpara funciona como pieza decorativa y como recuerdo para fans de la saga. Su tamaño facilita la colocación en mesillas sin ocupar espacio y resulta segura para los más pequeños gracias al cuerpo de plástico sin bordes cortantes.
El LED interno proyecta una luz suave que funciona como luz de compañía o guía nocturna, evitando deslumbramientos. El interruptor se sitúa en la parte inferior de la base para encender o apagar la figura rápidamente, prolongando la autonomía de las pilas y alargando la vida útil del LED.
Al utilizar pilas estándar AAA (no incluidas) se evita el uso permanente de tomas USB, lo que resulta práctico para viajes y estanterías sin enchufes cercanos. El empleo de plástico con BDP refleja un compromiso medioambiental, descomponiéndose antes que los plásticos tradicionales cuando llega al vertedero.
Su estética la convierte en un complemento perfecto para habitaciones temáticas de Frozen, pero también funciona como detalle simpático en escritorios de oficina o estanterías de coleccionista. Combinada con otras figuras de la línea —como Elsa u Olaf— puede crear un conjunto visual coherente y luminoso.
Frente a otras lámparas LED de licencia —por ejemplo, la Icon Elsa o la Olaf Mood Light—, el modelo Anna ofrece una relación calidad-precio muy equilibrada: tamaño compacto, buen nivel de detalle y la ventaja del plástico BDP, algo inexistente en versiones anteriores de la gama. A diferencia de alternativas con alimentación USB, la ausencia de cable simplifica la instalación, aunque implica comprar pilas. No incluye temporizador ni sensor táctil como ciertos modelos premium, pero su propósito como luz decorativa se cumple con creces. En definitiva, una pieza recomendable para quienes buscan un recuerdo oficial, con bajo consumo y materiales más responsables, sin elevar el coste.